Ica es un oasis en medio de las pampas desérticas de sur del Perú. A la sombra de sus viñedos se fabrican los mejores piscos y vinos del país, cuya calidad es laureada en todo el mundo. Ica es la región de las dunas, de la música afroperuana, de los brujos y de los ricos dulces como las tejas y el fréjol colado. En las pampas del desierto, yacen las huellas de tres milenarias culturas: Paracas, Nasca y Wari. Ica formó parte del imperio Incaico y luego en la conquista el noble Luis Jerónimo de Cabrera funda la ciudad por mandato del Virrey Conde de Nieva, en 1563. La región se ubica a pocas horas de la ciudad de Lima y la mejor vía para llegar a visitarla es la terrestre. En el camino, el viajero podrá disfrutar del paisaje y de las ciudades en que se detiene el transporte. Chincha y El Carmen son las primeras paradas. En estos dos lugares, podrá admirar la herencia de los esclavos africanos traídos durante la colonia. La rica comida y la música afroperuana, con sus ritmos de cajón, son un deleite. Muy cerca está Pisco, ciudad y puerto de donde deriva el famoso aguardiente de uva, bautizado en los tiempos del virreinato. Después, llegará a la reserva de Paracas, área que protege el único ecosistema marino del país. Si continúa hacia el sur, verá surgir la ciudad de Ica. Cerca de su Plaza de Armas está el santuario del Señor de Luren, imagen religiosa muy venerada. En sus cercanías, rodeada de desierto y palmeras, se ubica la laguna de la Huacachina, tranquilo lugar ideal para practicar sandboard o practicar en bote. Más adelante dejando la ciudad, están las líneas de Nasca y Palpa, misteriosas figuras que sorprenden al mundo. Visite Ica, uno de los destinos más bellos del Perú.